Andalucía II

De vuelta. El viaje ha tocado a su fin. Pero no nosotros. Esto no se acaba: se abre una nueva aventura. Fuimos muchos, pero volvemos uno sólo, un Todo y, bajo el brazo, tres lunas. Amistad. Mar. Tambores...un amigo más humano que nunca, salmorejo y sonrisas colectivas y anónimas. Miro atrás. Nos veo allí, en Andalucía. Miro adelante y nos veo en el Ártico, o en el patio del instituto, debajo de un árbol, o en la "uni", o en Andalucía, de nuevo...Cuántas noches de vida. Cuántos sueños despiertos. No voy a ser ciego, no. Voy a mirar. Mirar bien. ¿De qué sirven los ojos a un cerebro ciego? Mirar y apreciar. Coger los buenos momentos del viaje, meterlos en una coctelera, agitar bien, y dárselo de beber a quienes han compuesto su sabor. Sabor a huellas. Huellas de amigos, errantes por tierras de acento.

(Colaboración de Guille, gracias.)

Roberto

Andalucía I

Vacaciones. No hay más. Todos. Ninguno. A la vez. Separados adrede del mundo. Evasión. Fuera. Aire. Vuela. Cae. Remonta. Cierra, cierra la puerta de las responsabilidades. No, mejor entórnala un poco. Siempre debe haber control. No te pases, pero no te quedes corto. Explora. Nuevos horizontes están esperando. Están esperando a que los sigas con tu cazamariposas hasta los confines del mundo vivo, hasta la orilla de la Estigia, hasta el borde de la pizza. Cuando alcances uno, se dividirá en tantos horizontes nuevos como agujeros tenga la red, y esperarán a que vayas. Vayas a por ellos.

Roberto

Intro

Hola, no sé si me conoces, o por el contrario acabas de llegar a este blog por ciencia infusa, buscando bloggers-promesas de la literatura vanguardista, o simplemente te has perdido buscando el último video porno de Paris Hilton.

En cualquier caso, te invito a que me acompañes en un viaje a lo más hondo de mi cabeza. No existe garantía alguna de que volvamos de la misma guisa que partimos, pero intentaré que el cambio sea para bien, o simplemente para cambiar.

No esperes encontrar cosas como "su faraonah reshulonah" o enlaces a páginas cutres con banners publicitarios del estilo de "clickée el botón para ganar". No. A pesar de todas las incoherencias que puedan surgir aquí, no intentes buscar un sentido filosófico, ni tampoco un punto extremadamente serio.

Todos somos calcetines en un cajón.

Se despide:

Roberto